miércoles, 7 de enero de 2015

UN AÑO MÁS... UN AÑO MENOS

Mi padre tenía un taller mecánico en el barrio de Quintana, en Ciudad Lineal, Madrid. Curraba de sol a sol y en casa le veíamos más bien poco. Era un tipo callado, serio, muy reservado. Le veíamos reír en contadas ocasiones. 
Una de ellas era cuando estaba con sus amigos, lo cual nos dejaba al resto de la familia en una posición cuanto menos extraña. Otra ocasión eran siempre en las fiestas navideñas, cuando volvía a casa tras un día de intensas celebraciones con clientes y amigos, lo cual tampoco nos dejaba en muy buena posición, jejeje...

Era en éstas últimas ocasiones cuando mi madre se enfadaba sobremanera y pensaba en voz alta: "siempre lo mismo...un año más..." 
Ella no sabía que en realidad era "un año menos", pues mi padre falleció tan joven, que podría haber sido perfectamente una cuenta atrás.


"Sputnikclimbing", 7b. Sector Alfar. Cuenca.

El caso es que mis hermanos y yo disfrutábamos las fiestas como los enanos que éramos. Mi padre se convertía en un extraño que llegaba a casa, sacaba el tocadiscos y se liaba a poner un disco tras otro, en un repertorio que no se me olvidará en la vida, pues año tras año, cuando llega la Nochebuena o la Nochevieja, en mi cabeza resuenan los Fórmula V, los Village People, los Brincos, los Diablos, el Dúo Dinámico y un largo etcétera...


"Gato con botas", 7a. Sector Alfar. Cuenca. Un clásico.

Cuando él falleció, mi madre empezó a decir que odiaba las Navidades, que eran las fechas más tristes del año, que se echaba en falta a los seres queridos que no estaban, que ojalá no existieran en el calendario, y una larga retahíla de tópicos típicos que terminaban por arrastrarnos al resto de la familia. 
Ella seguía pensando: "otra vez...un año más...", en vez de intentar disfrutar de lo que tenía, pues sin saberlo aún, para ella también era una cuenta atrás, un año menos...


"Muro de las lamentaciones" y "Pared de Enfrente", Chulilla.

Cuando ella murió, aún nos quedó a los tres hermanos esa sensación de tener que pasar por estas fechas con la lágrima en el ojo, la pena en el pecho y las ganas de esconderte en un rincón. 
A mis hermanos no sé, no puedo hablar por ellos, pero a mí me duró poco, pues rápidamente me dí cuenta de que no podía seguir pensando con resignación: "oh, no...un año más...", pues también podía tratarse de una cuenta atrás para mí... 
No estaba dispuesta a vivir mi vida en términos de "un año menos"...


"Pared de enfrente", Chulilla.

Sin convicciones religiosas en mi caso, las fechas navideñas pasaron a ser un agradable período de vacaciones, un tiempo para pasar dónde y con quién quisiera, pues decidí que a la gente que se quiere se les quiere siempre, no sólo en navidad...


"Dale duro negro", 7b. Sector Sex-shop, Chulilla.

Y estas Navidades han vuelto a ser una vez más una pensamiento feliz de haber disfrutado un año más.


Comenzamos en Cuenca y de allí viajamos a Chulilla, donde no aguantamos mucho, pues la publicación de la guía y las reseñas de los nuevos sectores han llevado allí la masificación que esto conlleva. 
Un pie de vía que más bien parece una torre de Babel, con gentes de todos los lugares posibles que agobian al prójimo con la cuerda en la mano pidiendo vez para escalar la vía que en un descuido otros te han dejado hacer...


Una pena...


Huimos a tierras alicantinas...


Habíamos medio quedado allí con Miguel Angel para pasar un par de día juntos.


El primero lo disfrutamos en el Ponoig.


Después del gentío de Chulilla, la soledad del Ponoig se nos antojó un lujo y lo exprimimos al máximo.


Hicimos "Las Hadas" por enésima vez. Para nuestro amigo Miguel Angel la primera...


Miguel tiró de primero todos los largos. Miguel Angel y yo nos dedicamos a parlotear en las reuniones...



Y a hacer el tonto...


Empezamos a escalar sobre las diez de la mañana e hicimos cumbre a eso de las cinco. No estuvo mal para ser tres...


Eso sí, cuando llegamos al suelo ya era de noche. La vuelta al coche con frontal.







Lo pasamos genial!


El segundo día hicimos un recorrido con la bici desde Polop de la Marina hasta Guadalest.


Unos 40 km que nos llevaron tres horas.



Unas risas, jiji, jaja  y nos despedimos de Miguel Angel.


Él pasaría la noche con la familia en San Juan. Nosotros salimos de viaje para Almería
Queríamos escalar en Cacín el día de Año Nuevo. Muy bonito, pero claro, el viaje no es corto. Llegamos a Cacín con el tiempo justo para preparar la cena y lavar las uvas. 


Y el 1 de Enero de 2015...Cacín para nosotros solos...


"Vía de las niñas", 6c+. Sector sobre el vivac.

El sol empieza a dar en la parte alta de la pared sobre las 11.30 y aguanta en la parte de abajo hasta las cuatro de la tarde.


"Té de roca", 7a.


"Cagandando". 7a. Sector El Dado o Circo
En éste sector el sol empieza a dar sobre las dos y media de la tarde y aguanta hasta las cuatro y media.



"Pitufita", 7a.


"Excalibur", 7a. Sector sobre el vivac.


"Zángano". 7b+.


El día 4, después de escalar, nos vamos hasta San José, para pasar la noche en la Playa de los Genoveses.


Nos damos una jornada de descanso paseando por la Playa de Mónsul...





Y dándonos un baño en el mar...


Y después del descansito, viaje para Cuenca, a cerrar el círculo...


"Pacornisas", 7c. Valdecabras Sur. Cuenca.


"Obrigado", 7a. Valdecabras Sur.

Con las yemas arrasadas y los antebrazos fundidos nos volvemos a casa, cansados pero contentos. 
Un año más...

8 comentarios:

mgore dijo...

Lagrimilla en el ojo, que recuerdos de las navidades siendo peques. Aunque soy de los que piensan "un año más", la verdad es que intento pasarlo lo mejor posible, no quiero ser esclavo de los recuerdos aunque siempre se eche de menos a los que ya no están. Te quiero hermana!!

Mar Espinosa dijo...

Yo también te quiero, ya lo sabes...
Tampoco se trata de luchar contra los recuerdos, ahí están, forman parte de lo que somos. Se trata de no permitir que sean un lastre para ser felices... :)

Wimbor dijo...

Ole...Ole y Ole......por esta entrada tan emotiva e intensa....por supuesto me refiero a la primera parte.....yo tampoco soy muy navideño, puede que algo tenga que ver el hecho de haber vivido las navidades de mi infancia muy parecidas a las que relatas....cosas de la vida....pero tambien soy de los que agradece a la naturaleza que vayan pasando navidades y navidades...es decir años y años....y que de momento sigamos disfrutando de las cosas buenas de la vida......amigos....familia y por supuesto las montañas........feliz año y un monton de besos.

Mar Espinosa dijo...

Claro que si, Wimbor! De eso se trata! De pasarlo bien y disfrutar de lo que la vida nos ofrece, que no es poco! Muchísimos besosssss!!!!

Anónimo dijo...

Hola Mar, sólo darte las gracias por mantener esta página que tan buenas ideas ofrece para los que nos gusta el monte y las bicis. También decirte que me encanta tu modo de enfocar la vida y animarte a que sigas así. Gracias

Mar Espinosa dijo...

Hola Francisco! No sabes cuánto agradezco tu comentario! Muchas gracias a ti, por asomarte aquí y por tus ánimos. A veces no es fácil, pues tengo la sensación de que cada entrada es "más de lo mismo", y la falta de tiempo a veces me sirve de excusa para aparcarlo un poco y esperar a que pase la sensación de monotonía...
Un saludo!!

cris dijo...

Entrañable relato,nostálgico,intimo y divertido!y vaya fotakas!gracias,superwoman,por compartir las huellas de tu pasado y presente!eres una pakotilla UNIKA!!!KOMO ME ALEGRO DE HABERTE CONOCIDO!eres genial,MARiPako!jajaja.mmmuakkkk

Mar Espinosa dijo...

Ohhhhh, qué comentario más bonitooooo!!!! Gracias Cris. Tú también eres una tipa genial!!!

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