miércoles, 10 de junio de 2015

GIGANTE DE PIEDRA

Miguel llevaba todo el invierno diciendo que el objetivo de este año era la Gigante de Piedra, que Los Diez mil del Soplao no eran más que un entrenamiento para ésta. 
Yo por mi parte, sabía con creces que iba a la Gigante sólo por acompañarle, pues una marcha de 202 km con 6.500 metros de desnivel, a terminar en menos de 17 horas no se encuentra dentro de mis objetivos, a corto, medio ni largo plazo...


Teníamos por delante cuatro días para pasar fuera de casa, así que decidimos hacer un "mixto", y pasarnos por Chulilla antes de la carrera.


El jueves estuvimos escalando en el Oasis hasta que llegó el sol. Como era un día laborable en Valencia lo pasamos prácticamente solos. Una delicia.


Por la tarde viajamos a Alcora.


El viernes pusimos las bicis a punto y nos dimos un paseo con ellas. Hacía calor. Anduvimos un poco "arrastraos" todo el día, muertos de calor, hasta que se hizo la hora de recoger dorsales y asistir a la charla informativa.
Con mi dorsal en la mano, empecé a hacerme caquita...


Y después de la charla informativa terminé de acojonarme del todo...¿¿¿dónde me he metido???


No eran sólo los 200 km, que lo son, sino que además no son todo pistas. Ni siquiera es todo el recorrido ciclable. Nos dicen que hay bastantes senderos y trialeras, tanto de subida como de bajada y tramos de hasta cinco kilómetros que muchos tendrán que hacer arrastrando la bici...


Cada vez tenía menos ganas y más nervios...


El sábado nos levantamos a las cuatro de la mañana. La salida es a las seis. Aún es de noche cuando comienza la carrera. Vamos con las luces encendidas. Voy dejando pasar a la gente y quedándome atrás. No quiero estorbar cuando comiencen las estrecheces.
Al principio vamos bien por una pista hormigonada, hasta que nos sacan a un sendero pedregoso. Aguantamos el primer tapón en el que perdemos mucho tiempo. La gente sube andando. Se suceden tramos de pedaleo con tramos de trepadas por zonas de piedra con la bici al hombro.
Cuando alcanzamos pista respiramos...qué placer...pero con la pista comienza el desnivel. Antes de los 20 kilómetros ya hemos acumulado más de 1.000 metros...


No tardo en encontrar unas compañeras de fatigas que van al mismo ritmo que yo. Loli y Maria José, de Murcia. Cuando llegamos al segundo punto de control, en Castillo de Villamalefa, ya vamos un poco justas de tiempo. Nos ha costado algo más de tres horas hacer unos 30 kilómetros. Mal vamos...
En este avituallamiento tienen sandwiches de nocilla. Me como dos y me guardo otros dos en el bolsillo del maillot. Me vendrán fenomenal más adelante, pues el siguiente avituallamiento se hará de rogar...


Continuamos con buen ánimo, aunque poco después del control hay que volverse a bajar de la bici. Un buen tramo de subida de nuevo a pata...
Se suceden las cuestas, los toboganes rompepiernas y las subidas sin fin, pero el cuentakilómetros marcha demasiado lento. 
Cuando llegamos al siguiente avituallamiento, tercer punto de control, ya vamos fuera de tiempo. Hemos hecho sólo 60 kilómetros y nos han costado más de seis horas!!! Eso sí...unos 2500 metros de desnivel en sólo 60 km!!!!
Nos dicen que si seguimos lo hacemos fuera de carrera y que para cuando lleguemos a los siguientes avituallamientos éstos estarán ya desmontados. 
Nos comemos los últimos bocadillos que quedan mientras desmontan el control y valoramos qué hacer. 
Desde allí trasladan a las bicis y a los ciclistas a Alcora en furgonetas. No nos apetece. Nos hemos quedado a medias...Qué decepción...


Al final decidimos prolongar un poco la aventura y junto con otros amigos de Segorbe nos volvemos a Alcora dando pedales desde Xodos. Con la tontería, terminamos haciendo 110km y unos cuantos amigos!! 
Cuando llegamos a Alcora reponemos fuerzas en el avituallamiento de llegada con unos bocadillos y una cervecita con limón y a esperar a las machines que aún tardarán un rato en llegar.


Miguel salió escopetao en cuanto dieron la salida. Lo volví a ver en meta 12 horas y 50 minutos después.


Dice que es lo más duro que ha hecho en su vida con diferencia. No se puede comparar a ninguna otra carrera que haya corrido. Que no se puede pensar que son sólo 40 km más que el Soplao, porque tanto en dificultad como en dureza puede ser un Soplao multiplicado por cuatro.


Él cuenta que no se tuvo que bajar tanto de la bici como yo, pero calcula que el recorrido puede ser ciclable en un 80%. Un 20% no ciclable en ese terreno ya me parece bastante...


Dice también que el terreno no se puede comparar. No son pistas fáciles. Hay mucha piedra y la bicicleta no rueda. Dice que a partir del kilómetro 60 empezaron a entender las connotaciones del nombre de la carrera.


También se dio cuenta de que lo que allí llaman "sendas" es lo que conocemos como trialeras y que tocan tanto de subida como de bajada.


Fue muy bonito ver cómo la gente se volcaba con los corredores. Cuando salimos, a las seis de la mañana, ya había gente animando en los primeros tramos del recorrido. En los pueblos la gente se echaba a la calle a jalearnos y en los avituallamientos se empleaban a fondo en animar y proporcionarte todo lo que necesitaras.
Un diez para todos los voluntarios y colaboradores.


Como siempre, también había fotógrafos a lo largo del recorrido, gracias a los cuales tenemos un recuerdo de nuestro paso por allí.


El primero en entrar en meta, Milton Ramos, lo hizo en casi 11 horas. El señor Tinker Juarez se retiró después de haberse perdido detrás de la moto que llevaba delante.


Miguel entró en 12 horas 50 minutos.


Muy cansado, pero muy contento, pues intuía que lo había hecho bien.


Cuando le conté en qué punto del recorrido me habían cortado me dijo: "mejor!! no sabes de lo que te has librado..."


No es una carrera para caracolillos aficionados, jajaja...


Según llegó lo primero que hizo fue recoger su "pedrusco". LLevaba soñando con él toda la semana.



Instantes después vino el bajón. Estuvo un buen rato mareado en el suelo, recomponiéndose e intentando no vomitar. Tardó un buen rato en poder comer algo.


Y luego el subidón de nuevo!!!
Primer puesto en Master 40 y 16 en la general.


Estamos muy orgullosos de él...


El domingo nos acercamos a Castellón antes de emprender el viaje de vuelta.


Un paseo por la playa, un baño y a casa.


Y ya, pasados cuatro días de la carrera, nos encontramos con el culo ya casi repuesto y la cabeza puesta en otros objetivos.
 Los que nos esperan este verano. 
Tres semanas tenemos para poner a tono estos brazos!!


1 comentario:

Wimbor dijo...

Desde luego por fondo fisico no sera...menudos palizones en la bici..... despues de esto todo lo demas esta chupaoooo...........AUPAAAAAA

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