viernes, 3 de octubre de 2014

ESTÚPIDAS MANERAS DE MORIR

Llevamos un período largo de poca actividad escalatriz, pues aún hace bueno tiempo para pedalear. 
Por eso, a falta de fotos y actividades emocionantes, me he dedicado a rescatar recuerdos que tienen más años que este blog.
 Uno de esos recuerdos será siempre especialmente inolvidable por lo que tuvo de agridulce. Fueron las vacaciones del verano del 2005.


Salimos de Madrid un 14 de Julio, rumbo a "la Meca". 
Por aquel entonces no recuerdo que estudiáramos la meteo antes de salir. Sólo sabíamos que el Macizo del Mont Blanc era nuestro primer destino. Lo demás importaba poco.


Nos plantamos en Val Veny el día 15 de julio por la mañana, después de haber hecho noche en Bourg Saint Maurice. Preparamos con ilusión las mochilas, y emprendimos la caminata hacia el Refugio Monzino.


Queríamos subir al Mont Blanc por la Arista Innominata. Una actividad que teníamos en mente hace ya tiempo. Ya habíamos hecho un intento anteriorrmente. 
Os adelanto que aún sigue siendo un proyecto pendiente a día de hoy...


La subida es bonita, pero se hace dura con el mochilote y los botorros. Tardamos tres horas en llegar al refugio Monzino.



Ahí está el refugio!! Detrás la Punta Innominata y el Mont Blanc.


El refugio, de lujo!
Mucha amabilidad, toda la información que necesites y una cena de infarto...


Lástima que al día siguiente amaneció lloviendo...


El guarda dice que la previsión es que mejore, así que nos armamos de paciencia y esperamos a la puerta del refugio. Compartimos ansias con un grupo de simpáticos italianos. Son cinco amigos. Una mujer y cuatro hombres. 
La conversación discurre en torno a una trágica muerte ocurrida pocos días antes en el Mont Blanc. Una pareja hace cumbre cuando les sorprende el mal tiempo. No pueden ir a rescatarles. Para cuando van a buscarles los dos han fallecido ya...
Escalofríos que te recorren la espalda y el mismo pensamiento de siempre..."a mí no me va a pasar..."


Parece que la previsión se cumple, y sobre las 9,00 de la mañana todos ponemos rumbo al Vivac Eccles.


Dos de los cinco italianos van por delante de nosotros. Los otros tres, van detrás, y además deciden cambiar de planes y hacer cumbre sólo en la Punta Innominata y renunciar al Mont Blanc. No se fían de la previsión. Parece que la historia del trágico suceso que nos contó el guarda del refugio les echa para atrás. Son la chica y su pareja, y el amigo de más edad del grupo, Marco...


Los demás continuamos subiendo. De momento aún hay tiempo de volver atrás...


Cuando la nieve hace acto de presencia nos ponemos los bártulos y continuamos encordados. Era tarde, la nieve ya muy blanda y numerosas y peligrosas grietas hacían que progresáramos despacio y con tiento.


De hecho, no llegamos al refugio hasta las 3.00 de la tarde, o sea, que nos lo tomamos con calma!!





Los dos italianos van sin encordar. El primero va muy rápido. Al segundo le ofrecemos nuestra cuerda, pero contesta sorprendido que no hace falta...


Hace sol y calor, pero las nubes no terminan de irse.



Alcanzamos a ver más gente por delante de los italianos. Será muy pequeño el vivac???




Parece que alcanzamos las rampas finales. Mucha pendiente, terreno mixto, roca suelta y unas grietas de espanto!


Pasamos al italiano, que las está pasando canutas. Pero sigue sin querer encordarse ni avisar a su compañero...


Y por fin llegamos al Vivac Eccles. Bueno, creo que en realidad se llama vivac Marco Crippa. Afortunadamente, los que iban por delante han subido un poco más alto, al vivac Lampugnani, porque finalmente no vamos a ser sólo cuatro...


Joderrrrrr...qué caretoooooo!!!!
El vivac tiene seis plazas en literas con colchón y otras tres plazas sin colchón. Desde el vivac vemos a los tres compañeros de los italianos. Han hecho cumbre en la Punta Innominata y han decidido no bajarse, pues vienen hacia el vivac. Ya somos siete...


Muy bueno no hace...las nubes sueltan copos de nieve...


El vivac Lampugnani da la sensación de ir a caerse con un golpe de viento.


Al poco tiempo aparecen otras tres personas en el vivac. Son dos franceses que han subido en el día desde Val Veny. Sin duda, son gente agerrida. Ya estamos al completo!!!


La tarde se pasa entre risas, sopas y chapurreos en idiomas varios. Los hornillos no dejan de fundir nieve. Marco,el mayor de los italianos, prefiere ir a buscar agua. Dice que hay un manantial cerca del vivac, así que se pasa la tarde yendo y viniendo con las cantimploras. Va tranquilamente, sin crampones, ni casco, como Pedro por su casa, haciendo caso omiso a sus amigos, que le dicen que no es necesario, que hay mucha nieve en la puerta de la cabaña...


No recuerdo las veces que fue a por agua...
Sólo recuerdo la última. Tardaba. Tardaba mucho. Como no regresaba, los italianos salieron del vivac y empezaron a llamarle. No contestó.
Se asomaron a la pendiente. Había un rastro de sangre en la nieve. El rastro desaparecía en una grieta...
Los franceses montan un rápel y descienden hasta la grieta. No se ve nada. Marco no contesta a las llamadas.
Una llamada al Socorso Alpino. En un momento aparece el helicóptero. No tarda nada, vienen desde Courmayeur.  Descienden a una persona por la grieta. A los pocos minutos vuelven a subirle y se van.
Entonces suena el teléfono de la italiana. Marco está muerto. Ya no se puede hacer nada por él, A primera hora de la mañana volverán y recuperarán el cadáver.
Y así fue...En cuanto empezó a amanecer, volvió el helicóptero. Montaron una especie de trípode encima de la grieta, descendieron y sacaron el cuerpo de Marco de allí. Tenía rotas unas costillas y una pierna. Y un golpe en la cabeza que fue lo que le quitó la vida. Es muy probable que al ir sin crampones resbalara. Se golpearía en la cabeza con alguna de las muchas piedras que había a lo largo de la pendiente. Es posible que al caer en la grieta ya hubiera muerto. No lo sabemos. Tampoco sabremos nunca qué hubiera pasado si hubiera llevado el casco puesto...


Lo que sí sabemos es la sensación que se nos quedó en el cuerpo. El helicóptero se llevó a dos de sus amigos. Los otros dos descendieron con nosotros por donde habíamos subido el día anterior. Por supuesto, no quedaron ganas de más aventura...


Qué manera más estúpida de perder la vida. Quedas un fin de semana con tus amigos para escalar y te abres la cabeza yendo a por agua...estúpido, verdad?
Nos costó reponernos. Pasamos un par de días como pollos sin cabeza, sin saber muy bien qué hacer.


Dimos algún paseo por Courmayeur...


Ahogamos las penas en helado...
Y cuando parece que el susto se nos va pasando, una llamada de Madrid...
Lula, nuestra perrita lo está pasando mal. Lula se ha quedado en casa de la madre de Miguel. Tiene leishmaniosis diagnosticada desde hace ya tiempo, y ya en alguna ocasión hemos tenido que ingresarla.
Esta vez parece grave. La madre de Miguel está nerviosa y decidimos volver a casa. Nuestras vacaciones han terminado a cinco días de empezar...


Al final, todo se precipita. Lula muere antes de que ni siquiera podamos comenzar el viaje de vuelta y tras mucho pensarlo, decidimos no volver...
Creo que en ese momento, sin saberlo ni hablarlo, también decidimos no tener ninguna Lula más...


Huimos a Italia y nos plantamos en Arco, junto al Lago di Garda.


Hacemos una vía en el Monte Colt.
"Tredicesima Luna", 120 metros, 6b.







Y desde allí emprendemos viaje a Dolomitas.


Escalamos la Vía "Schubert" a la Cengia di Camosci, en el Grupo de Sella. Muy bonita.
250 metros, V+.











Unos puertos con la bici...








También  hicimos la Vía "Roberta 85" a la Cengia di Camosci. Esta no nos gustó mucho...



Hicimos un poco de deportiva en los bloques que hay en el Passo de Sella...


Y escalamos en el segundo spigolo de la Tofana di Rozes.
Vía Constantini-Ghedina, 530 metros, VI-


Gorilas en la niebla...







También escalamos en la Cinco Torres.



Vía "Fisura-Dimai" a la Torre Grande, Cima Sur.
100 metros, VI












Vía "Diretta Dimai" a la Torre Grande, pared sur-este.
150 metros, VI+






Después nos quedaron un par de días en Briançon y para casa.

La verdad es que tenía un recuerdo un poco amargo de este verano, pero ahora que lo cuento y vuelvo a ver las fotos, creo que supimos reponernos del duro comienzo del viaje. Como la vida misma, no...?




















6 comentarios:

Anónimo dijo...

Una historia triste sin duda. Cómo la vida misma... que al final, nos arrebata todo aquello que queremos y lo que no queremos, todo. Estas experiencias ayudan a no aferrarse a lo terrenal.
Por otra aprte, siemrpe os organizáis vacaciones envidiables... Un saludo

Anónimo dijo...

Que maravilla una pareja que disfruta a la vez escalando ,la bici,la naturaleza.
Nunca sabes cuando la cosa se jode por lo que disfrutad todo lo que podais.

Mar Espinosa dijo...

Bueno, borjeta, la vida nos arrebata todo, pero nos lo da todo también...sólo hay que ser conscientes de que todo es efímero y vivir en consecuencia, como si no hubiera un mañana, porque a lo mejor no lo hay!!
Un saludo!

Hola anónimo! Efectivamente, nunca sabemos cuánto va a durar, asi que, hay que vivir al dia!!
Un saludo!

Manuel Prieto Sánchez dijo...

Siempre es un palo cuando se vive algo así de cerca...habrá que pensar en hacer lo que nos guste con un hoy y quizá con un mañana...pero no mucho más. Me parece imprudente no estar con crampones allí al igual que no encordarse, pero allá cada uno...siempre podremos elegir.
Admiro vuestras aventuras y vuestra forma de ver la vida en general, y quedo alucinado con las cosas que habéis hecho. Sin duda lo mejor no es vuestro grado sino vuestra cabeza...un saludo

Mar Espinosa dijo...

Hola Manuel! Pues sí, lo más importante es hacer las cosas con cabeza. Es verdad que vivo al día, pero me gusta pensar que tengo también un mañana!!!!! Muchas gracias por tu visita :)
Un saludo!

Circo Marco dijo...

Vaya vacaciones moviditas! Lo contais como de refilón, pero las vías de Dolomitas tienen muy buena pinta!! Y la Innominata, pues eso, ahí está, quietecita y elegante, esperando por si quereis volver. Y sino, siempre hay miles de escaladas y paredes esperandoos, que seguro que en casa no os quedais eh?...seguid con ese buen gusto, ese buen coco y ese ritmo constante...

Saludos!

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