Después de un tiempecito en el dique seco, Miguel ha conseguido recuperarse y volver a escalar de nuevo. Menos mal, porque no me pueden doler ya más las piernas de hacer kilómetros con la bicicleta de carretera. A punto he estado de correr La Vuelta este año, jejeje. Y qué mejor manera de volver al ruedo con estos calores que en Peña Pintada, donde los rigores del verano son un poco más llevaderos. Eso sí, evitando el fin de semana, que el sitio parece que se ha puesto de moda...
Granito excelente que ofrece canto, regletas y fisuras.
A que parece una cara de perfil?
La escalada en Peña Pintada es física y exigente, pero Miguel también.
A la sombrita de los pinos toda la mañana. Escalando en manga corta, y el forrillo para asegurar. Un lujo.
Y mañana ¿dónde vamos??
2 comentarios:
A algún sitio con sombra!!! Buff... En tu caso la cabra siempre tira al monte. ;)
Ya sabes, hay cosas que no tienen remedio, jajaja
Un saludo
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