En la entrada anterior conté cómo en cuatro días vimos la mitad de Manhattan. Aún nos quedaban otros tres días para descubrir la otra mitad.
El miércoles 6, nos fuimos derechos al barrio de Chelsea. Es un barrio que dicen que se ha puesto de moda, y es una de las zonas de mayor crecimiento de la ciudad.
Una de las cosas que merece la pena visitar en Chelsea es el Rail Yards, o también llamado The High Line. Desde la calle 30 hasta la 12, recorriendo la 10th Avenue, han aprovechado el recorrido de una antigua vía de tren que discurre elevada sobre el tráfico y las calles del barrio, para construir un agradable paseo peatonal.
Y a ambos lados del paseo, están construyendo mogollón de apartamentos, que seguramente convertirán a esta zona en una de las más cotizadas de la ciudad.
Los antiguos railes han quedado integrados en el paseo.
Hay un momento en el que el paseo cruza la 10th Avenue. Allí han aprovechado para colocar un mirador donde puedes sentarte y observar el tráfico desde arriba. O hacer un poco el tonto...es otra opción...
Nosotros solemos elegir la segunda...
Después merece la pena hacer una visita al Chelsea Market. Bonito mercado con apetecibles tiendas y muchos sitios para comer.
Salimos del mercado y encontramos un sitio espectacular para comer. En Greenwich Avenue. El restaurante "Monument Line". Un sitio superagradable y con una comida riquísima.
Salimos de allí rodando y continuamos por la Avenida Greenwich hasta el barrio de Greenwich Village
Pasamos por Washington Square Park , con el Washington Arch, conmemorativo del centenario de la elección de George Washington como presidente de los Estados Unidos. Salimos de la plaza y bajamos hasta el Soho. Un paseo por el barrio y regresamos al hotel.
El jueves comenzamos a andar desde el distrito financiero por la calle Nassau. Pasamos el City Hall y y los edificios de las Cortes y los Juzgados de la ciudad.
Nos dirigimos hacia el barrio de Chinatown. Los límites de este barrio cada vez son más inciertos, pues ha crecido tanto que se mezcla con el barrio italiano de Little Italy. Decía la guía que la atmósfera que se respira en este barrio es una de las más fascinantes de toda la ciudad, pero nosotros no le encontramos el punto...Nos pareció un barrio feo y bastante cutre. Quizás no andamos por las calles adecuadas, no sé...
Y lo mismo nos pasó con el barrio de Little Italy. Dicen que la mayoría de la población italiana ha salido huyendo de este barrio, invadidos por los chinos.
A la altura del barrio del Soho, nos metimos en el metro. Queríamos subir hasta Central Park para visitar el Museo de Ciencias Naturales. Lo hemos dejado para hoy porque es el único día que daban lluvia. El viaje nos cuesta un poco de tiempo más del calculado, pues nos equivocamos de línea y terminamos en Queens...
Así que después de un recorrido turístico por la línea 7 conseguimos llegar al museo...
Pasamos en él el resto de la mañana.
Bajamos hasta Columbus Circle y continuamos andando hasta Times Square, para una última visita...
Una cervecita por el camino...
La estatua de Atlas...
Y ahí está una vez más...la plaza...
Con un poco de tristeza, cogemos el metro y regresamos al hotel. Es nuestra última noche...
El viernes aprovechamos la luz de este día tan fantástico que amaneció y nos dirigimos sin dudar al Puente de Brooklyn. Hay que verlo también de día...
Vemos toda la parte este de la ciudad...
Y el sur de la isla...
Sencillamente espectacular...
Luego volvemos caminando hacia el Distrito Financiero. Pasamos por delante del Edificio de la Bolsa...
Y entre una marabunta de gente conseguimos distinguir al pobre Toro de Wall Street. A la gente le da por meterse entre sus patas traseras para hacerse fotos...no os podéis imaginar cómo tiene el pobre toro semejantes partes...
Esta escultura de bronce de 3.200 kilos parece ser que apareció un buen día en la calle más concurrida del Distrito Financiero. Dicen que su autor, Arturo di Modica, se gastó todos sus ahorros en hacer la estatua y en situarla allí después de la crisis de 1987, como un símbolo de la fuerza y el poder de los estadounidenses.
Y sin mucho tiempo más, pasamos a despedirnos de nuestro amigo el ejecutivo y nos vamos al hotel a recoger nuestro equipaje y marcharnos al aeropuerto. Muy cansados, contentos por lo bien que lo hemos pasado, algo melancólicos por el mismo motivo, y yo concretamente, con bastantes ganas de volver a casa. ¿Me ha gustado? ...sí!
¿Me ha saturado??...un poco...sí...
¿Volveré?? ...no sé...quizás cuando no me queden otros sitios por visitar...
¿Recomendable?...Absolutely!!!!
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