¿Cuánto tiempo dura un año?
¿Cuántos días? ¿Cuántas noches? ¿Cuántas risas? ¿Cuántos llantos?
¿Cuántos soles? ¿Cuántas lunas? ¿Cuántas compañías? ¿Cuántas almas?
¿Cuánta amistad? ¿Cuánta generosidad? ¿Cuánto amor?
Muchas frases, escritos, lecturas y "consejos" se han quedado guardados en mi memoria durante este año.
Nada de lo que puedo escribir aquí es de cosecha propia. Mi ingenio se queda seco al intentar hablar de mí misma. Pero sí que he recopilado en el cerebro muchísimos pensamientos durante este tiempo...aquí los dejo, para mí...
Para no olvidar nunca lo que fui, lo que ahora soy, la persona en la que me convertiré...
No os dejéis engañar con que la vida es poco.
Bebedla a grandes tragos porque no os bastará cuando hayáis de perderla.
Se nos olvida que nuestro paso por aquí es leve.
Solemos vivir como si tuviéramos toda la vida por delante, y no es así. Nuestros seres queridos pueden desaparecer de la faz de la tierra de un momento a otro. Las personas que creemos estarán siempre a nuestro lado pueden emprender un viaje personal que los aleje completamente de nuestra vida. Afortunadamente otras almas están destinadas a aliviar estos espacios vacíos. Reconócelas, agradece, ama y deja la puerta abierta para que entren...
Hubo un tiempo en el que esperé tanto, que me salieron raíces de los dedos de los pies, que seguían en movimiento como pequeños pajaritos atrapados, aunque mis piernas no se movieran.
¿Lo entiendes?
Mis pies se encadenaron al suelo como dos esclavos y tuve miedo porque pensé que nunca podría irme de ahí.
En ese momento no me importó, porque estaba esperando, y uno siempre espera porque quiere y en ningún caso porque no tenga alternativa. Eso pensé: Estoy aquí porque quiero, estoy aquí quieta, estática, lejos de las ventanas, con hambre y con lluvia a lo lejos, escuchando los sonidos al otro lado, nadie podrá decir que estoy huyendo porque estoy aquí quieta, estática, lejos de las ventanas, al alcance de cualquiera, esperando.
Sin embargo, y eso es inevitable cuando uno espera, sentí miedo por no poder irme de allí cuando quisiera. Sentí las raíces apretando mis tobillos. Uno no deja de esperar porque se canse, uno deja de esperar porque cesa el ruido al otro lado y las raíces se secan.
"Aquella orilla nuestra", Elvira Sastre.
Nunca nadie ha medido, ni siquiera los poetas, cuánto puede resistir un corazón...
Nos parece que morimos tantas veces a lo largo de nuestra vida...de dolor, de desamor, de pena, de decepción, de amor...y sin embargo no lo hacemos. Nuestro pobre corazón resiste y resiste una y otra embestida. ¿Sin pasar factura? no lo creo...
Poco a poco nos vamos convirtiendo en el ser que seremos. Capas y capas de miedos, dudas, sinsabores, como las capas de una cebolla que espera unas manos hábiles que con un afilado cuchillo (a veces es necesario un escalpelo) nos despoje de ellas cuando sentimos que ya no nos dejan respirar...
Sigo cruzando ríos, andando selvas, amando el sol...
Cada día sigo sacando espinas de lo profundo del corazón...
En la noche sigo encendiendo sueños...
Ante las dificultades, debemos intentar seguir pasando por la vida haciendo las cosas que siempre nos han hecho felices. Solos o acompañados. Si somos afortunados y se nos ofrece la oportunidad de caminar junto a otras almas, "utilízalas" sin piedad para sanar la herida. Es más que probable que ellos te "utilicen" para el mismo fin. No es nada malo. Enciende sueños y compártelos...
Y quizá lo más valiente que hice por mí fue aceptar que mi destino era estar lejos de la persona con la que soñaba un futuro.
Al final, nos terminamos dando cuenta de que esa persona somos nosotros mismos y ese futuro soñado sigue siendo nuestro...
A menudo las dificultades preparan a una persona normal para un destino extraordinario.
Estamos hartos de oír esto...las dificultades te hacen crecer...pero...igual no es necesario crecer tanto...no necesito aprender nada más. Tengo la sensación de que ya tengo bastante...
Si has intentado encajar en algún molde y no lo has conseguido, probablemente has tenido suerte. Es posible que seas una exiliada, pero has protegido tu alma...
Cuántas veces nos encontramos golpeando la misma puerta una y otra vez, abriendo el cajón y forzando a los calcetines a entrar, cuando ya no cabe ni uno más, intentando encajar la pieza cuadrada en el molde redondo...suerte tendrás si no consigues cerrar el cajón o encajar la pieza en el lugar donde no le corresponde...
"Yo la miro y siento que quiero subirme a su vagón, quitarme el cinturón, saber qué se siente al volar, soltar las riendas de todo lo que es incierto y dejar que lo sea, morder las nubes y la arena cuando me caiga y chillar tan fuerte que los pájaros no sepan si es de miedo o de felicidad..."
Elvira Sastre.
La distancia no es un problema. El problema somos los humanos, que no sabemos amar sin tocar, sin ver o sin escuchar.
En desacuerdo, completamente.
Efectivamente, no sabemos relacionarnos (no digamos ya amar) sin tocar, ver o escuchar. Por tanto, la distancia es un problema...
Qué valientes las personas que dicen "yo no merezco esto", y se van sin pensarlo dos veces.
Breve, demoledor, el instante en que comprendes que con amar no alcanza...
Wonder woman is a state of mind...
Los amores eternos sí existen, sólo que a veces duermen en otras camas, abrigados por otros abrazos.
Qué sensación será reencontrarse con ese amor eterno perdido, que durmió en otra cama, que se abrigó en otros brazos...
Serás amado el día en que puedas mostrar tu debilidad sin que el otro se sirva de esto para afrontar su fuerza...
De lo más profundo de tus ruinas, saldrás a flote.
Podrás sucumbirte, pero no te ahogarás.
Porque después de sentirte casi muerto, recobrarás el aliento.
Cada segundo de incertidumbre, cada momento de no saber, son la clave exacta de este tejido que ando cargando bajo la piel.
Ojalá nos diéramos a nosotros mismos todas las oportunidades que les damos a los demás.
¿Porqué motivo somos con nosotros tan implacables...?
Las casualidades no existen, las coincidencias se buscan...
pero es cierto que uno encuentra si el otro está dispuesto a dejarse encontrar...
Ya no me daba miedo estar sola si esa soledad me convertía en dueña de mi propia vida, si me hacía quererme a mí misma y ser yo de verdad. Tenemos la absurda creencia de que es la unión con otra persona la que nos completa, pero nadie está en este mundo para colmarnos y hacernos felices. Es una responsabilidad demasiado grande con la que no deberíamos cargar.
Bonito y poderoso pensamiento, pero la soledad sí da miedo. No quererse tanto a uno mismo también da miedo. No estar unidos a otra persona también da miedo. Sentirnos responsables de la felicidad de otra persona también da miedo, pero a la vez es tan placentero...
"Ser incondicional te hace invisible..."
Estoy pensando en esa frase hace dos días y no encuentro fallos en su lógica...
Debí haberte encontrado diez años antes o diez años después, pero llegaste a tiempo.
Antes, me hubiera gustado conocerte con libertad, sin restricciones, sin límites ni complejos.
Después. con calma y serenidad, con paciencia y el tiempo que me permite la experiencia.
Te conocí a tiempo, a tiempo de encontrarte, para saber que existías, para llenar mis ojos y mi boca de tu sabor. Para encontrarnos en el mismo tiempo y espacio. Para disfrutarte y que me disfrutes, para tocarte y que me toques.
No fuiste antes ni después, fuiste a tiempo...
Disculpa mi cobardía. Estoy llena de polvo. Soy un castillo incendiado donde hace siglos alguien fue feliz. En estos restos que me sustentan sustentaré el resto de mi vida...
Nunca entenderé si insistir molesta, o demuestra...
Si no te vuelvo a ver, siempre te llevaré conmigo, adentro, afuera, en mis dedos, en los bodes del cerebro y en centros de centros de lo que soy y de lo que queda.
Tu ausencia rebasa mi capacidad de entender la vida...
El problema no es tropezar con la piedra, es encariñarse con ella...
Me declaro culpable de haber llenado tan poco tiempo de tanta intensidad...
Tu poder radica en mi miedo. Yo ya no tengo miedo...tú ya no tienes poder...
Deseo: Naturaleza de lo que, sutilmente, iba trepando por nuestras venas...
"Con el tiempo todo pasa. He visto, con algo de paciencia, a lo inolvidable volverse olvido, y a lo imprescindible sobrar".
Gabriel García Márquez.
La vitalidad se revela no solamente en la capacidad de persistir, sino en la de volver a empezar...